Un empate que pudo ser más

UD Salamanca 1-1 Real Valladolid
(0-1 Víctor 78'; 1-1 Quique Martín 87')

INCIDENCIAS: Partido disputado en el Helmántico ante 13.266 espectadores. Andrés Ceballos Silva amonestó con tarjeta amarilla a Charcos, Tortolero, Roberto, Gañán y Arpón por parte de la UD Salamanca y a Marcos, García Calvo, Pedro López, Asier y Mario Suárez por parte del Real Valladolid. Unos 2.500 aficionados se desplazaron desde la capital vallisoletana para presenciar el encuentro.

UD Salamanca: Tete, David Charcos, Dani Tortolero, Tomás, Roberto, Gañán, Braulio, Arpón; Quique Martín (Aritz 89'), David Fas (Susaeta 61'), Carlos Vela (Ze To 73').

Real Valladolid: Alberto, Marcos, Pedro López (Baraja 56'), Iñaki Bea, García Calvo, Borja (Mario Suárez 41'), Iván Hernández, Sisi, Asier (Capdevila 66'), Víctor, Manchev.

El Real Valladolid consiguió un punto que sabe a poco en su visita al Helmántico en un disputado partido en el que se adelantó de penalti por medio de Víctor en el minuto 78, pero que vio cómo le empataban al filo del final, cuando Quique Martín transformaba otra dudosa pena máxima que empataba la contienda.

Típico y tópico derbi el que se disputó en la capital charra en medio de un gran ambiente y de unas condiciones climatológicas (frío, viento y lluvia) que invitaban a que en el campo se disputara un choque vibrante de esos que se quedan en las retinas de todos los espectadores y llenan de épica el imaginario futbolístico. Sin embargo, como también suele ocurrir en estos casos, fue mayor la emoción que el número de ocasiones y la contienda se decidió en dos acciones puntuales, tan subjetivas como fructíferas.

En medio de estas condiciones, los blanquivioletas jugaron un sobrio partido en el que fueron creciendo a medida que pasaban los minutos y a punto estuvieron de llevarse, si no llega a ser por el afán del árbitro de compensar el dudoso penalti que pitó a favor de los visitantes en una acción aún más cuestionable, una victoria que habría sido un justo premio a una buena segunda mitad.

COMIENZO DUBITATIVO. Los primeros minutos se hicieron cuesta arriba para los de Mendilibar, ante un conjunto blanquinegro que salió más enchufado al partido y con un mayor dominio de la situación. En esta fase hicieron mucho daño las internadas de los salmantinos por ambas bandas, sobre todo por parte del joven futbolista mexicano Vela, muy activo y participativo.

No obstante, los visitantes tomaron pronto el control de la situación y la presión que ejercieron sobre su rival dificultó sobremanera el desarrollo del juego de la escuadra charra. A pesar de ello, dos buenas ocasiones, la primera en una falta a balón parado que detuvo muy bien Alberto en una complicada estirada y la segunda en un buen pase del mexicano Vela que Braulio no acertó a culminar en el mano a mano con el portero, pudieron romper el empate en el marcador a favor de los salmantinos. Sin goles finalizaron los primeros 45 minutos.

MAL ARBITRAJE. La entrada de Mario Suárez por Borja poco antes del descanso ayudó a afianzar el dominio vallisoletano en el mediocampo y ese hecho se demostró en la segunda parte, donde el equipo de Mendilibar salió a por la victoria con un juego rápido, fluido y vistoso que, confiado por la seguridad que dan atrás García Calvo e Iñaki Bea, encontró como principales opciones ofensivas a un Sisi en un estado de forma excepcional y a un Víctor que a base de apoyar, desdoblar, crear y culminar se ha convertido en una pieza casi insustituible en los onces blanquivioletas, puesto que por él pasan buena parte de las opciones de ataque del equipo.

La acción que cambió el rumbo del encuentro tuvo lugar en el minuto 77, cuando el árbitro señalaba muy protestado penalti a favor del Real Valladolid tras una mano en el área de Charcos. Víctor se encargó de transformarlo y de poner a su equipo por delante.

El gol, sin embargo, no significó una rápida reacción de la UD Salamanca, que parecía no despertar del letargo en el que se había sumido en el segundo tiempo y los vallisoletanos creían tener amarrados los tres puntos. Craso error, puesto que la sombra del trencilla volvió a aparecer en el minuto 87 para señalar una pena máxima por un supuesto empujón de García Calvo en el área que, ante la perplejidad de los aficionados blanquivioletas desplazados al Helmántico, se encargaba de materializar en el defintiivo empate a 1 Quique Martín.

En definitiva, un resultado que hace justicia con lo visto en el terreno de juego y que deja al Real Valladolid con una sensación de alegría contenida tras obtener tan sólo dos puntos en dos encuentros (Xerez y Salamanca) en los que estuvo a punto de hacerse con la victoria.