Fito&Fitipaldis llenan el Pisuerga con la gira Por la boca vive el pez

Adolfo “Fito” Cabrales: Voz y guitarras eléctrica y acústica
Carlos Raya: Guitarras eléctrica y acústica y coros
Javier Alzola: Saxofón
José "El niño" Bruno: Batería
Candy Caramelo: Bajo y coros
Joserra Semperena: Órgano Hammond y piano


Fito dejó el Pabellón Pisuerga sin entradas (pese a las promesas del organizador Caja España de vender algunas en taquilla) y ofreció un largo e intenso concierto que hizo vibrar al abarrotado recinto deportivo reconvertido en gran sala musical.

La velada comenzó con la breve actuación de los Zodiac, que en los poco más de treinta minutos que estuvieron sobre el escenario prepararon al público para el concierto que esperaba. De su actuación habría que resaltar una versión de la canción de Burning Mueve tus caderas.

A las diez en punto Fito y los Fitipaldis entraron al escenario tras una curiosa y original presentación en vídeo que más recordaba a una película que a un concierto. Esto servía de anticipo para ver que no sólo se iba a escuchasr música sino también a presenciar un espectáculo muy bien llevado. Comenzó con los temas Un buen castigo y Viene y va, aunque fue con la tercera (Por la boca vive el pez) cuando el respetable coreó con más intensidad las letras.

El grupo bilbaíno continuó encandilando al público, que en más de una ocasión se vio obligado a sacar el mechero en las canciones más melódicas, como Rojitas las orejas. El ex cantante de Platero y tú realizó dos versiones: Callejón sin salida (de Barricada) y Deltoya (de Extremoduro).

El concierto se acercaba al final y Soldadito marinero, La casa por el tejado y Medalla de cartón eran cantadas únicamente por el público, ya que Fito (con su eterno aspecto físico de cabeza afeitada, patillas, una arandela en cada oreja y su característica gorra) se apartaba del micrófono para que sus fieles pudiesen demostrarle que llevaban los deberes hechos.

Dos horas y media después y con un incombustible cigarro pegado a la guitarra del cantante el concierto finalizó paradójicamente con la canción Donde todo empieza.

Foto: Elena Rodrigo