Penitencia, enmienda y perdón

La procesión de Penitencia y Caridad volvió a transcurrir esta tarde por las calles vallisoletanas en medio del respeto, el silencio y el sentimiento contenido que caracteriza a los espectadores de los actos de Semana Santa de la capital castellana. Durante su transcurso y, como manda la tradición, se liberó a una reclusa, gracias a las gestiones realizadas por la Cofradía de La Piedad.

El Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre, talla realizada por Lázaro Gumel y fechada en 1953, el Cristo de la Cruz a María, cuya autoría se reparten la Escuela de Gregorio Fernández (1642) y José Antonio Saavedra, que en 1995 presentó la figura de José de Arimatea (persona encargada de bajar a Cristo de la Cruz); y La Quinta Angustia (Gregorio Fernández, 1625), fueron los pasos que portaron los penitentes de las dos cofradías que desfilaron: La Piedad y La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

La comitiva realizó durante su recorrido tres paradas: la primera en la Audiencia Provincial para proceder al acto de liberación de la reclusa y la segunda y la tercera en el Hospital del Río Hortega y en el Hospital Clínico Universitario respectivamente, donde se realizaron sendos Actos Penitenciales. Estos dos últimos contaron con la participación del Secretario Diocesano de Pastoral de la Salud.