martes, abril 17, 2007

La ciudad del hormigón



Valladolid, ciudad con nombre de origen incierto, objeto de multitud de cambios a lo largo de su historia, continúa hoy transformándose en el tiempo. Entre su evolución pasó, por ejemplo, de ser capital del Imperio Español allá por 1601 a liderar hoy discretamente una comunidad autónoma: Castilla y León.

Hormigón, sustancia artificial consagrada con arena, agua, cemento, piedra y aire, es el material utilizado para la construcción por excelencia. Entre sus múltiples virtudes, destaca la facilidad que tiene para moldearse. Y su capacidad de adaptación es tal, que ha encontrado en Valladolid el molde perfecto.

Y es que no hay tregua, señores. Entre las últimas elecciones municipales y las que ahora se avecinan, se ha iniciado una carrera de cambio, cemento y posibilidad de voto. Obras destinadas a alojar vehículos en una ciudad ideal para la bicicleta, eliminación de zonas verdes a cambio de explanadas de piedra gris, inerte, fría, estática. Ya no quedan resquicios de la historia que Valladolid puede contar, se olvidaron de su pasado, despreciaron su presente e hipotecaron su futuro.

Árbol, planta leñosa caracterizada por poseer un tallo principal erguido denominado tronco que crece de forma ascendente y se ramifica en altura. Es mundialmente conocido y apreciado por su capacidad regeneradora del aire.

Pero no importa la concienciación creciente que existe hacia el medio ambiente cuando el poder está en juego. Y, como en cualquier aventura, se corren riesgos. Ahora, cuando paseando por la Plaza Zorrilla el viento sople, no caerán las hojas ni bailarán las plantas al son del aire. Sólo se contoneará ligeramente la melena de quien camine sobre el asfalto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Valiente tontería de escrito.

Anónimo dijo...

de valiente tonteria nada...realidad

Anónimo dijo...

de valiente tonteria nada...realidad