lunes, abril 23, 2007

Gran fiesta en honor a los comuneros



Muchos llevaban desde el sábado, incluso desde el viernes, en Villalar para celebrar el Día de la Comunidad. Sin embargo, no fue hasta el domingo cuando llegaron la mayoría de los asistentes a acampar en la zona de la campa.

Alrededor de las 12 horas del mediodia, cientos de jóvenes se afanaban en montar sus tiendas de campaña, más grandes y más pequeñas, y en preparar la fiesta que les esperaba. Pendones, banderas de Castilla y León y republicanas y referencias al Real Valladolid empezaban a teñir la campa de Villalar.

Los campistas, desconocidos entre sí la gran mayoría, empezaban, sin embargo, a conocer gente nueva y a hacer amigos con los que les unía más cosas de lo que esperaban. Por la tarde, era la hora de la primera visita a las carpas: PSOE, UGT, CCOO, CNT, IU, Juventudes Comunistas, Izquierda Castellana...

Algunos de los que estaban acampados pasaban el rato con sus guitarras entonando diversas canciones. Llegaban las 19 horas y el inicio del partido del Real Valladolid. Pegados a los receptores de radio, la campa explotaba en un grito de júbilo con el primer gol del Valladolid. El segundo gol y el pitido final hicieron que se oyera entre las tiendas de campaña al unísono "el año que viene, Pucela-Real Madrid". En la zona del escenario, se encendían bengalas para celebrar el ascenso.

Tras una visita a los diferentes puestos, llegaba la hora de la cena y de la fiesta. A las diez de la noche, el grupo segoviano Lujuria contaba, en tono musical, la historia de los comuneros. Ante cientos de jóvenes que saltaban y cantaban las letras, el grupo capitaneado por Óscar premió a sus seguidores con más de una hora de un cálido concierto. El broche de oro le puso el cierre del concierto cuando todos a la vez cantaron el Canto de Esperanza.

Después de los fuegos artificiales, la Orquesta Azabache empezaba a amenizar la noche. Los asistentes no dejaban la fiesta y, ya sea en sus tiendas o en las carpas, la gente se unía para celebrar el día de todos los castellanos.

Amanecido el día siguiente ya, la fiesta continuaba. Muchos sin dormir y otros habiendo dormido poco, llegaba el momento de los grupos dulzaineros, bandas de gaitas, unión musical El Pendón... Además, los campistas empezaban a dirigirse poco a poco hacia el monolito para honrar a los comuneros. Allí, tras las visitas de los políticos, se cantó de nuevo el himno castellano movidos por los gritos de integrantes de Tierra Comunera.

Continuaban las actuaciones en el escenario con grandes grupos castellanos como Candeal. Tras la hora de la comida, los campistas empezaban a desmontar las primeras tiendas de campaña. La actuación del Nuevo Mester de Juglaría y de Travinova cerraban el programa oficial. La campa poco a poco se vació para esperar un año más hasta el próximo día en que se honre a aquellos comuneros que fueron derrotados en Villalar un 23 de abril de 1521.

Fotos: Francisco Fernández.

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