domingo, abril 22, 2007

A primera por la puerta grande


CD Tenerife 0-2 Real Valladolid

Alineaciones:


CD Tenerife:
Bernardo, Beltrán, Culebras, Sicilia, Héctor, Óscar Pérez, Iriome, Juvenal, Ricardo, Ayoze y Raúl.

Real Valladolid:
Alberto, Pedro López, Iñaki Bea, Baraja, Gonzalo Vicente, Sisi, Iván Hernández, Álvaro Rubio, Capdevila, Víctor y Llorente.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande (colegio madrileño).

El Real Valladolid volverá a jugar la próxima temporada en Primera División tras rubricar esta tarde el ascenso con una victoria por 0 a 2 ante el CD Tenerife en el Estadio Heliodoro Rodríguez López. Víctor en el minuto 24 y Manchev en el 86 fueron autores de ambos tantos.

Valladolid volverá a ver para otro año fútbol de Primera División. La Liga de las Estrellas regresará a Zorrilla y lo hará tras una temporada en la que se ha rozado la perfección hasta el momento. Y es que el conjunto blanquivioleta ha alcanzado cotas insospechadas a principio de temporada, donde el propio presidente dijo que se había confeccionado un proyecto a largo plazo para asaltar las primeras tres posiciones a partir de la siguiente campaña. Sin embargo, la acertada mano de Mendilibar, los malabares realizados por José Luis Pérez Caminero desde la secretaría técnica y, por supuesto, el excelente juego y la efectividad de un joven grupo de jugadores con ambición y disciplina, ha permitido que hoy, 22 de abril y a falta de ocho jornadas para que concluya el campeonato liguero, la ciudad esté celebrando en la calle el ascenso de categoría.

Hoy Valladolid borra de su recuerdo los últimos tres años de desastrosa gestión en todos los sentidos. La ciudad olvida ya nombres que han escrito unas de las páginas más negras de la historia del club como Fernando Vázquez o Marcos Alonso, deudas, especulaciones, globos sondas y estrategias dirigidas al sentimiento de la gente. El pozo se aleja y el Real Valladolid, club con más de tres cuartos de siglo de historia iniciará a partir del próximo mes de agosto una nueva singladura en Primera División.

En Tenerife se repitió el guión que el Real Valladolid ha escrito una y otra vez durante toda la temporada. Un conjunto sólido, incisivo y demoledor ha ido labrando poco a poco, sin arrebatos, prisas ni desorden, una victoria clara, no tanto por el número de ocasiones, sino por la sensación de seguridad que tiene el conjunto, con una zaga espléndida, un medio del campo que sigue la disciplina del trabajo en cadena de destruir y elaborar; y unos puntas que muerden. Y lo hacen como los perros de caza: directo a la yugular. Así, con el poderío de los grandes maestros, con la dureza del mármol, con la pasión de los feos y con el olfato goleador de los grandes cracks. Sobran adjetivos que poner a este equipo.

POR DELANTE EN EL MARCADOR.
La primera parte comenzó con un CD Tenerife que salió más enchufado que los de Mendilibar y, aunque no llegó a inquietar la puerta de Alberto, se hizo en estos primeros minutos con el balón y con el dominio de la situación. Sin embargo y como parece que está escrito esta temporada, el paso del tiempo puso a cada uno en su sitio y los blanquivioletas hicieron suya la segunda media hora, en la que las oportunidades se empezaron a gestar como es ya costumbre: por las bandas. Así, Sisi y Capdevila comenzaron a desbordar y a poner balones al área, siempre con la seguridad de tener en frente a un rival que, aunque tuvo a un Ayoze muy participativo y el único con facilidad para iniciar en el medio del campo, no llevó el peligro a la meta de Alberto.

En una de esas internadas, Capdevila puso un centro en el área que la defensa no acertó a despejar. Víctor, el más listo de la clase, aprovechó que el esférico había quedado muerto en el área para batir a Bernardo, en lo que suponía el 0 a 1 y el primer paso para conseguir los tres puntos definitivos. Con este resultado se llegó al final de la primera parte.

SEGUNDA PARTE. El siguiente acto se inició con dos equipos especulando con sus opciones y con un bajón de ritmo que se hizo notar en los primeros instantes. Sin embargo, los de Mendilibar vieron que podían dar la puntilla a los chicharreros y se lanzaron a la portería rival, gozando de alguna ocasión para consolidar el resultado y evitar disgustos de última hora. Las oportunidades llegaron, sin embargo, no fueron suficientes y los pucelanos volvieron a pecar de falta de acierto en los últimos metros.

Por fin, en el minuto 35 Manchev aprovechaba un balón para quedarse solo mano a mano con el portero, Bernardo, y batirlo por alto. 0 a 2. Los casi 300 aficionados blanquivioletas que presenciaron el partido en directo en el Heliodoro Rodríguez López expulsaban sus nervios en forma de júbilo. Su equipo era de primera. El objetivo se había cumplido.

Con este resultado terminaba el encuentro. Los tres últimos pitidos del árbitro no sólo significaron el final de los 90 minutos, sino el comienzo de una nueva etapa en la historia del club, el retorno a la Primera División. Y lo mejor: en la ciudad hay esperanza. El ambicioso proyecto del Valladolid Arena empezará a cobrar forma en los próximos meses y en el vestuario se ve ilusión, se ven ganas, se ve buen ambiente, se ve organización. Pero, sobre todo, se ve un bloque. El Real Valladolid a Primera División.

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