miércoles, febrero 28, 2007

Digno adiós a la Copa del Rey


Real Valladolid 1-1 Deportivo de La Coruña
(0-1 Filipe 32'; 1-1 Manchev 85')

REAL VALLADOLID: Jacobo, Mario Suárez (Toché 70'), Iván Hernández, Javier Baraja, Kome (Sisi 66'), Capdevila, Chema, Rafa (Víctor 55'), Manchev, Gonzalo Vicente, Iñaki Bea.

DEPORTIVO DE LA CORUÑA: Munúa, Pablo Álvarez, Coloccini, Sergio, Taborda (Rivera 55'), Adrián (Andrade 46'), Capdevila, Juan Rodríguez, Barragán, Juanma, Filipe (Iago 80').

INCIDENCIAS: Estadio José Zorrilla, 11.500 espectadores. Arbitró Rubinos Pérez, que mostró 9 tarjetas amarillas (Iñaki Bea, Barragán, Capdevila, Sergio, Andrade, Víctor 2, Munúa, Chema) y dos rojas (Coloccini, Víctor).

El Real Valladolid no pudo levantar el resultado adverso del partido de ida en Riazor (4-1) y quedó apeado de la Copa del Rey tras empatar a 1 en Zorrilla contra el Deportivo de la Coruña. Filipe inaguró el electrónico en el minuto 32 para los deportivistas y Manchev puso las tablas en el marcador en el 80.

Vibrante choque el que se disputó en el feudo pucelano entre dos equipos que partían a priori en muy distintas circunstancias tras el 4-1 de la ida en Riazor. Los blanquivioletas tuvieron esta vez el rol de equipo de categoría superior y llevaron en todo momento el peso del partido, dominando a un conjunto gallego que entregó el balón a sus rivales y esperó atrás el paso de los minutos.

Joaquín Caparrós demostró una vez más el carácter que imprime a sus equipos y sus pupilos jugaron en todo momento con la triquiñuela, el arañar segundos al cronómetro y el desconcertar a un colegiado al que se le fue de las manos el partido durante algunas fases. Con todo y con eso, los blanquiazules no perdieron nunca el orden defensivo y los de Mendilibar apenas inquietaron la meta de Munúa a pesar de jugar casi toda la segunda parte con un jugador más.

Y esta falta de ocasiones no fue consecuencia de la actuación de Manchev, que volvió a hacer valer una vez más su fichaje, sino por la falta de pegada por las bandas, con dos jugadores como Chema y Capdevila (que está lejos de la forma que alcanzó en la primera parte de la temporada anterior) que no desbordaron en ningún momento y fallaron en los centros al área. Además, el mediocentro estuvo desequilibrado, con un Mario Suárez que hasta su cambio tuvo que cubrir las carencias de un desubicado Iván Hernández. La buena noticia es que debutó Kome, que estuvo muy participativo en los 66 minutos que permaneció sobre el campo.

No obstante, al equipo no se le puede achacar falta de ganas, ya que se dejó hasta el último aliento en el campo y el balance, en líneas generales, no puede ser más que positivo a pesar de la eliminación.

DE MÁS A MENOS. El choque comenzó con un susto por parte de los deportivistas, que crearon peligro a los pocos segundos de que el árbitro pitara el inicio del partido cuando Adrián en una jugada en velocidad se iba de Gonzalo Vicente y se internaba en el área, disparando un tiro cruzado que se fue a la derecha de la meta de Jacobo. Esta ocasión, que parecía destapar un partido vistoso y disputado, se convirtió con el paso de los minutos en un farol, ya que los de Caparrós entregaron la pelota y el Valladolid se hizo con la hegemonía del partido, aunque sin crear verdadero peligro.

Un desajuste defensivo de la zaga pucelana en el minuto 32 provocó que Filipe aprovechara un balón franco en el área local para batir a Jacobo con un disparo raso que se coló por el centro de la portería entre las piernas del portero que, vendido por el fallo de sus compañeros, poco o nada pudo hacer. Este tanto significaba el 0-1 en el partido y un 5-1 a favor de los coruñeses en el global de la eliminatoria, resultado que la lógica decía que casi era imposible remontar. Y así fue, aunque antes del descanso Capdevila falló un mano a mano con Munúa que podía haber significado el empate en el marcador. Con la victoria por la mínima de los deportivistas y con un jugador menos (tras la expulsión de Coloccini en el minuto 45) finalizaba la primera mitad.

EMPATE Y POLÉMICA. El segundo tiempo se desarrolló por los mismos derroteros que el primero y el conjunto blanquivioleta no salía del quiero y no puedo, esta vez condicionado por la actitud de los rivales, que rozaban la legalidad en cada entrada y seguían haciendo lo posible para que los minutos pasasen sin que el marcador variase.

Mendilibar no quería irse de la Copa del Rey con un mal sabor de boca y durante este periodo optó por un planteamiento más ofensivo, utilizando a su artillería pesada y metiendo en el campo a Víctor, Sisi y Toche. Los esfuerzos del técnico se vieron recompensados cuando en el minuto 85 Manchev recibió un balón en la frontal del área y se fabricó un auténtico golazo propio de cazador de área. Cogió la bola, se perfiló y la puso donde él quería: en el fondo de las mallas de Munúa.

Con el empate el equipo se vino arriba y éste se hubiera transformado en victoria si el colegiado, Rubinos Pérez, hubiera sancionado con penalti una fea entrada sobre Víctor en el área, al cual expulsó en esa misma acción por entender que estaba intentando engañarle.

El Real Valladolid pone fin a su andadura en esta edición de la Copa del Rey con este resultado y el domingo viajará a Salamanca para intentar obtener un buen resultado que le permita acercarse un poco más, si cabe, a su principal objetivo de este año: el ascenso a Primera División.







1 comentario:

Jorge M. Ladero dijo...

Pues una pena que un árbitro como el de ayer (de 1ª para más inri) fastidie la ilusión de 10.000 personas que confiábamos en la remontada aunque fuera imposible.

Encima tiene la cara dura de sacar amarilla al portero coruñés en el minuto 89 y expulsar a Victor por, según él, tirarse cuando se ve claramente que es penalti.

En fin...

pd: Muy bueno lo del audio de las ruedas de prensa. Enhorabuena.