Gaspar Llamazares: "Castilla y León está madura para que haya un gobierno de izquierdas"

Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida desde el año 2000, ha visitado Valladolid para apoyar a los candidatos a la presidencia de la Junta de Castilla y León, José María González, y a la alcaldía de Valladolid, Alfonso Sánchez. El dirigente asturiano ha apoyado sin fisuras a sus compañeros de partido con la esperanza de que Izquierda Unida obtenga unos resultados importantes en las elecciones del 27 de mayo. Llamazares también ha tenido tiempo para comentar la actualidad política y social de España.

Crónicas de Valladolid: La noticia del día ha sido el juicio sobre el 11M, ¿en qué medida cree que los políticos han podido influir a los jueces?

Gaspar Llamazares: Es un juicio muy contaminado por la política pero, sobre todo, no tanto por el 11M, sino fundamentalmente por el 14M. El Partido Popular no ha aceptado su derrota electoral y sigue intentando enredar en el 11M, sigue intentando confundir sobre el atentado terrorista para exculparse de su derrota electoral pero, en definitiva, al final va a prevalecer la verdad. La verdad son las pruebas y la verdad son los testimonios que hay sobre el atentado terrorista. Lo que ha dicho el Partido Popular respecto a una conspiración es una fábula. Es tan mentira como la mentira que dijeron inmediatamente después del atentado.

CV: Tras el atentado se celebraron las elecciones que ganó el PSOE, ¿qué balance haría de estos casi tres años de legislatura?

GL: Yo creo que un balance insatisfactorio porque el movimiento social que provocó el cambio exigía y merecía mucho más por parte del Gobierno de lo que ha recibido. El Gobierno ha tomado algunas decisiones acertadas en Irak, en la retirada del Plan Hidrológico o en materia de derechos civiles. Pero en otras materias se ha arrugado ante la presión de la derecha. Se ha arrugado también ante el amigo americano. En ese sentido no es comprensible un gobierno de izquierdas con tropas en Afganistán, con bases de la OTAN en Zaragoza y, ahora, en Albacete. No es comprensible un gobierno de izquierdas que no aborda un cambio social de verdad por temor a la derecha o que no aborda el apoyo a la enseñanza pública por temor a la jerarquía eclesiástica.

CV: Y en este panorama político, ¿qué papel está teniendo Izquierda Unida?

GL: Es verdad que juega un papel delicado porque es un papel dual. Por una parte es un papel de confrontación y de intransigencia frente a la desestabilización de la derecha y, al mismo tiempo, un papel exigente y de oposición de izquierdas al Partido Socialista. Y no es fácil porque cada vez que el Partido Popular dice una barbaridad hace aparecer al Partido Socialista en la izquierda aunque no esté en la izquierda y aunque no haga una política de izquierdas.

CV: El PIB creció el año pasado, en concreto el último trimestre, ¿hasta qué punto se puede considerar un dato optimista para nuestra economía?

GL: Es un dato únicamente macroeconómico pero si el Gobierno se encanta con esos datos convertirá la política económica en algo muy similar a la política económica del Partido Popular porque con eso se podría decir que España va bien. Sin embargo, detrás del Producto Interior Bruto hay una España en la que se profundiza la injusticia y la desigualdad, particularmente entre los jóvenes, las mujeres y los inmigrantes. Tenemos, además, una España con desiquilibrios territoriales importantes y una España que, desde el punto de vista ambiental, no cumple ninguno de los parámetros del compromiso de Kioto. Únicamente el Producto Interior Bruto no vale para medir ni la situación económica ni mucho menos la situación social y definitiva de los españoles.

CV: Precisamente Castilla y León es una de las comunidades más pobres de España, ¿qué papel puede tener la izquierda para revitalizar Castilla?

GL: Es muy importante dar una pasada por la izquierda en Castilla y León. Lleva varios años, décadas, de gobierno popular. Está madura para que haya un gobierno de izquierdas pero quiero decir claramente que ese gobierno de izquierdas, para que sea un gobierno comprometido social y políticamente, necesita una mayor fortaleza de Izquierda Unida.

CV: En concreto actualmente peligran las ayudas PAC y los fondos FEDER, ¿supondrá un golpe duro para las zonar rurales? ¿Cómo podría superarse?

GL: No debería ser así porque el Gobierno tenía un remanente importante para poder cubrir ese desfase de las ayudas europeas. Lo que pasa es que tengo la impresión de que el Gobierno lo ha malgastado en la contrarreforma fiscal. Pero, en estos momentos con el nivel de crecimiento que hay en nuestro país, no debería ser un problema el tener ayudas que pudieran paliar el descenso de los fondos europeos.

CV: A unos pocos meses de las elecciones municipales, ¿qué papel pueden jugar municipios y provincias en la política nacional?

GL: Un papel muy importante. El Partido Popular va a intentar que estas elecciones sean elecciones primarias de las generales, el Partido Socialista que sea una revalida del Gobierno estatal. No deberíamos caer en ese error y deberíamos hacer verdaderamente unas elecciones municipales y autonómicas para hablar de las pequeñas cosas, que yo diría que son grandes cosas, que afectan cotidianamente a los ciudadanos: la vivienda, el medio ambiente, los servicios públicos, la ordenación del territorio. Todas esas cosas que todos los días afectan a los ciudadanos.

CV: ¿Qué se espera desde Izquierda Unida para estas elecciones?

GL: Espero que Izquierda Unida en Castilla y León e Izquierda Unida, también, en Valladolid, por una parte, mejore sustancialmente su presencia institucional y, por otro lado, contribuya a un cambio de izquierdas en estos dos ámbitos, es decir, que sea determinante y sea la garantía de un cambio de izquierdas.

CV: Se está preparando el estatuto de Castilla y León, ¿será un estatuto que represente a todos los castellanos?

GL: No, no lo ha sido en la elaboración porque ha rehuído a Izquierda Unida, la tercera fuerza política de la Comunidad, ha rehuído también la participación del movimiento social pero tampoco lo es porque es un estatuto que elabora fundamentalmente el Partido Popular mirando antes a Génova que a Valladolid o que al conjunto de Castilla y León. Es un estatuto de segunda cuando Castilla y León necesita un estatuto de primera, un estatuto que aborde derechos, que mejore la financiación de Castilla y León y que, además, mejore Castilla y León desde el punto de vista territorial e institucional.

CV: Comentaba antes la problemática con la OTAN, parece ser que el Gobierno teme llevar la base a Zaragoza pero, sin embargo, Valladolid no da tanto miedo. Izquierda Unida se ha posicionado mucho más fuerte en el caso de Zaragoza que en el de Valladolid, ¿a qué se debe esta diferencia?

GL: No. Nos hemos posicionado en contra de cualquier ubicación, de la de Zaragoza o de la de Valladolid. Además yo no sería tan optimista. Conozco el caso de la Escuadra de Pilotos de OTAN que ya está aprobada por el Consejo de Ministros y va a Albacete. Es una Escuadra de Pilotos que van a hacer ejercicios de fuego real. No es ninguna cosa menor. Por tanto, no sería optimista y continuaría movilizandome para que ninguna de estas dos ciudades tenga el oprobio de tener en su entorno una nueva base, en este caso una base espía de los Estados Unidos y de la OTAN.

CV: Tras la derrota de las últimas elecciones generales, ¿qué futuro le espera a la izquierda?

GL: En las últimas elecciones generales, es verdad que Izquierda Unida tuvo un resultado insatisfactorio. Pero, las ideas de Izquierda Unida no salieron derrotadas. Hubo una concentración de votos en una situación excepcional, pero esas ideas están muy presentes en el movimiento social. Por tanto, con ese programa que todavía sigue vivo en el movimiento social, el programa pacifista, social, ecologista, Izquierda Unida tiene muchas posibilidades y, por ejemplo, en coalición con los verdes como se hace en Castilla y León más posibilidades todavía.