jueves, febrero 08, 2007

Luminoso Drexler


Jorge Drexler (voz y guitarra); Vicent Huma (guitarras); Borja Barrueta (batería y percusiones); Nacho Benedetti (programación de audio y vídeo); Miguel Rodrigañez (contrabajo).

Los 12 segundos de oscuridad de Jorge Drexler se convirtieron anoche en dos horas llenas de luz. El cantante uruguayo ofreció un maravilloso recital intercalando los momentos más íntimos con auténticos vendavales rítmicos.

El escenario del Auditorio de la Feria de Muestras de Valladolid aparecía oscuro, con la única luz y el leve sonido del foco que emulaba al faro de cabo Polonio (paradisíaco lugar de la costa uruguaya donde Drexler compuso parte de su último disco). La música comenzaba a nacer mientras se intuía al cantante sentado en un extremo, susurrando.

Jorge Drexler realizó un repaso de las canciones de su último disco, 12 segundos de oscuridad, a la vez que miraba por el retrovisor recuperando sus temas más emblemáticos, convertidos para muchos en una forma de ver el mundo y en un homenaje a la paz y la convivencia. Nacho Benedetti complementó la voz de Drexler con un recital de sonidos electrónicos que daba un nuevo color a muchas de las canciones, como Transoceánica o Salvapantallas.

Drexler se esconde en la timidez para transmitir su torpeza en los discursos, pero lo cierto es que cuando habla lo hace con total lucidez. Trajo al escenario las palabras de su hijo Pablo para encender una lucecita de alerta sobre el cambio climático. Una luz más.

El público de Valladolid fue conejillo de indias al escuchar la primera vez que Drexler se atrevía a versionar a Leonard Cohen, Dance me to the end of love, porque según aseguró el uruguayo: "Si uno no se divierte en su trabajo...". Jorge Drexler convirtió ayer la música en luz, volviendo a demostrar que nada se pierde, todo se transforma.

Foto: Ruth de Frutos García

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