miércoles, febrero 07, 2007

Dolores de cabeza...


Apenas 4 días despues de la fenomenal victoria conseguida por el Grupo Capitol ante el MMT Estudiantes, se habla del malestar que causaron las bocinas repartidas en la entrada por uno de los patrocinadores del equipo. Yo, sinceramente, no lo entiendo. Si el equipo va mal y no se hace nada, mal. Si se hace, peor. ¿En qué quedamos?, ¿queremos lo mejor para el CB Valladolid o no?.


Yo tuve el privilegio de estar en el partido y pité con la bocina como el que más. Es más, no tengo ninguna duda de que estas sirvieron para incentivar a los jugadores locales y descentrar a los visitantes cuando el estridente ruido estallaba durante sus ataques. No estoy diciendo que haya que buscar la salvación del equipo a toda costa, pero hay que buscar todas las ayudas posibles. ¿Acaso no viajamos los equipos de Valladolid a otras ciudades y somos reiteradamente pitados?. Aquí ya van siendo unos cuantos años los que los equipos visitantes vienen y se sienten como en casa.

Lo peor de todo es quién se queja y por qué. La afición del CB Valladolid es, probablemente, una de las que tienen mayor contraste de edad entre los deportes vallisoletanos. Así, en un partido en el Pabellón Pisuerga podemos encontrarnos tanto niños como abuelos. En este sentido, tanto aceptable es que a ellos les moleste ir a un recinto deportivo a escuchar bocinas como a los árbitros escuchar y aguantar sus insultos. ¿O es que insultar sí vale y pitar con una bocina no?.

Foto: Alberto Castellano

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