domingo, abril 01, 2007

Maldito destino


BM VALLADOLID 25 - SG FLENSBURG 24

BM VALLADOLID:
Sierra (P), Asier Antonio, Gull (8 goles), Chema Rodríguez (4 goles), Ávila, García Parrondo (4 goles, 3p), Muratovic (5 goles), Garabaya (2 goles) -siete inicial- Lorger (P), Velasco (1 gol), Rentero, Víctor Hugo, Ugalde, Edu (1 gol, 1p)

SG FLENSBURG: Beutler (P), Lackovic (3 goles), Jensen (5 goles), Christiansen (5 goles), Lijewski (2 goles), Vranjes (1 gol), Stryger (4 goles) -siete inicial- Holpert (P), Nielsen (3 goles), Boldsen (1 gol), Knudsen, Lauritzen

PARCIAL CADA 5 MINUTOS: 3-1, 5-1, 7-4, 10-6, 11-10, 13-11 -descanso- 15-14, 18-16, 20-17, 21-19, 22-21, 25-24 -final del partido-

EXCLUSIONES: -equipo local- Chema Rodríguez (2) -equipo visitante- Lijewski (2), Vranjes (expulsado por roja directa), Jensen

No pudo ser. En Valladolid no se volverán a ver goles heroicos como los de Muratovic, Garabaya, Edu o Chema. Tampoco se sentirán en la piel de los aficionados las paradas de un inconmensurable José Manuel Sierra. Todo eso, sin embargo, quedará en nuestra memoria. El mejor testigo de la historia, la que contaremos a nuestros nietos, la del Balonmano Valladolid.

Y es que los caprichos del destino quisieron que este equipo, que hace honor a esta palabra como ningún otro, perdiera el pase a la final de la Liga de Campeones cuando las 7.500 almas que abarrotaban el Pabellón Pisuerga se frotaban las manos después de un frenético último minuto. Fue la manera más dura de caer, la que forja a los grandes campeones, la que hará que en el futuro este equipo sea más fuerte y vuelva a por más.

El partido tuvo el comienzo soñado para el Balonmano Valladolid. 10 minutos y 7-1 en el marcador. Ni en sus mejores sueños Juan Carlos Pastor hubiera imaginado algo así. Con un Sierra insuperable en la portería y una férrea defensa apoyada en un efectivo ataque, el conjunto local se separó en el marcador hasta una renta que hacía las delicias de los congregados en el improvisado escenario del Pabellón Pisuerga.

Sin embargo, el cansancio de los locales comenzó a hacer mella en su juego, aspecto que aprovecharon los visitantes (sólidos y consistentes durante todo el partido) para reducir las diferencias y llegar a equilibrar el marcador. No obstante, al filo de la primera parte, el entregado público local llevó en volandas al equipo, lo que le permitió irse al descanso con una ventaja de 2 goles, esto es, estar virtualmente clasificado para la final.

La segunda parte no comenzó con la habitual pájara del Balonmano Valladolid. Al contrario, el equipo salió centrado esta vez y se fue hasta los 4 goles de ventaja. El partido, pese a todo, era muy trabado y los visitantes se basaron en su tenacidad y fortaleza defensiva para, mediante rápidos contraataques, empatar el partido.

De varias oportunidades dispuso la escuadra vallisoletana para certificar el pase a la final cuando apenas quedaban 4 minutos para el final del partido. En estos minutos, siempre difíciles, el equipo dirigido por Juan Carlos Pastor inició dos ataques con ventaja de 2 goles que podían haber sentenciado la eliminatoria pero que, desgraciadamente, acabaron en sendas pérdidas.

El tiempo se había esfumado y se entró en el último minuto con empate en el marcador. Eliminatoria sentenciada, pensábamos muchos. Pero el equipo amarillo sacó nuevamente fuerzas de flaqueza e, increíblemente, fue capaz de tener un ataque a falta de 12 segundos para ponerse con 2 goles de ventaja y sellar el pase a la final. En un alocado final, Chema Rodríguez forzó un histórico lanzamiento de 7 metros. Sin embargo, la suerte, el destino, nos abandonó en esta ocasión...

Foto: Sergio Álvarez






Foto: Sergio Álvarez

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