Un problema con distintas soluciones

Colchones, pintadas, muebles destartalados, cristales rotos y puertas tapiadas. Estos son sólo algunos de los síntomas de abandono que presenta el edificio del antiguo colegio de San Juan de la Cruz, situado en el barrio de la Rondilla y que, desde que Educación decidiera su cierre hace siete años, permanece sin tener un proyecto de futuro sólido, lo que ha provocado enfrentamientos entre el Ayuntamiento y los vecinos del lugar.

El origen de esta controversia se encuentra en el incumplimiento de la promesa que el gobierno municipal había hecho de destinar el solar a un aparcamiento subterráneo y un centro de día para mayores. Primero un proyecto de centro de salud y posteriormente un ofrecimiento del suelo para que pudiese albergar superficie comercial, hicieron que los vecinos se sintieran engañados y comenzaran a manifestarse en contra de las intenciones del Consistorio.

La negativa del alcalde a reunirse con los vecinos y la falta de una idea consistente para el terreno no ayudó a que se encontrara una solución común para el solar y las reivindicaciones de los vecinos se han dilatado en el tiempo, organizando en varias ocasiones concentraciones y actos de protesta en pro de sus ideas.
Mientras tanto, el edificio se ha ido llenando de plagas y suciedad y actualmente acoge en sus dependencias a varios indigentes, los cuales han hecho de este antiguo colegio su improvisado hogar. Estos han obligado a intervenir a los bomberos hasta en tres ocasiones en el último año y medio debido a otros tantos incendios que habían provocado. La última noticia relacionada con este asunto tenía lugar el pasado 27 de noviembre, cuando una joven toxicómana de 29 años era encontrada muerta de sobredosis.

Entre todos estos sucesos, el futuro del inmueble sigue sin tener forma y los vecinos sin una solución a lo que empieza a ser ya más que un problema notable a la vista.