Un buen primer paso
El pasado lunes se presentó en Valladolid el libro 'Menús para escolares de Castilla y León', un manual que la Junta de Castilla y León distribuirá por los alumnos de toda la región y que pretende educar a los niños en unos hábitos culinarios saludables, con el objetivo de que adquieran unas costumbres correctas en este ámbito y eviten padecer ese mal endémico del siglo XXI como es la obesidad, del que se calcula sufren el 27 por ciento de los hombres europeos y el 38 por ciento de las mujeres.
La iniciativa de la máxima institución regional es positiva en cuanto a que estimula a las familias a colaborar de manera activa en ese momento de la formación de sus hijos, cosa tan obvia que revela muchos defectos del modo de vida actual por su inexistencia en algunos casos. Ahora bien, esa inmersión en los actos físicos no vale de nada si no se redunda en un esfuerzo mucho más profundo que lleve a examinar y a analizar las causas concretas de esa enfermedad y en qué hábitos sociales se fundamenta.
Lo cierto es que este "mal de la opulencia" (marcado por la abundancia, la rapidez y los malos hábitos en varios campos) arrastra consigo una serie de consecuencias y las enfermedades cardiovasculares suponen hoy la primera causa de mortalidad en España, provocando aproximadamente 380.000 muertes en 2005. Es por esto por lo que el problema merece una mayor atención por parte de la sociedad y, por supuesto, de los afectados; y una actuación mucho más amplia en lo que respecta a la concienciación de la población y la puesta en marcha de proyectos por parte de todas las instituciones.
Con esto no critico, ni mucho menos, el paso dado con la creación de este manual culinario, sin embargo, esto es sólo el principio y no se va a atajar un problema que requiere educación a varios niveles sólo rallando la superficie. Y, desgraciadamente, esta comunidad de eso sabe mucho.
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